Si bien los avances médicos no
dejan de sorprendernos, el caso de la militar estadounidense Shamika
Burrage es algo que parece sacado de una película de ficción.
Y es que debido a un accidente
automovilístico que sufrió en 2016 esta mujer perdió la oreja, por lo
que los cirujanos plásticos del Centro Médico William Beaumont del
Ejército decidieron realizarle un trasplante.
Sin embargo la situación no es nada
fácil, pues para reconstruirla los doctores tuvieron que cosechar
cartílago de las costillas de la soldado para esculpir una nueva oreja,
que luego se colocó debajo de la piel de su antebrazo para que pueda
desarrollarse.
Aunque suene descabellado, la idea es desarrollar una nueva oreja en el antebrazo y posteriormente transplantarla a su cabeza.
"El objetivo es que cuando se termine
con todo esto, el trasplante se vea bien, y dentro de cinco años, si
alguien no la conoce, no se dará cuenta", expresó a través de un
comunicado el teniente coronel Owen Johnson III, jefe de Cirugía
Plástica y Reconstructiva del Centro Médico.
Todo se remonta a un par de años,
cuando Shamika regresaba a la base militar después de visitar a su
familia en Mississippi, pero en el camino una llanta de su vehículo
explotó.
El vehículo patinó antes de voltear
varias veces y expulsar a la mujer, sufriendo heridas en la cabeza,
fracturas por compresión en la columna vertebral y la pérdida total de
su oreja izquierda.
Posteriormente los médicos le dijeron
que si no hubiera recibido atención médica, en 30 minutos más hubiera
fallecido por pérdida de sangre.
Después de varios meses de
rehabilitación, Burrage comenzó a buscar asesoramiento debido a los
efectos en su apariencia. Fue entonces cuando le explicaron sus
opciones, y aunque en un principio sorprendió e incluso se resistió a
este procedimiento, luego recapacitó y llegó a la conclusión de que
podría ser algo bueno.
Con el fin de evitar cualquier
cicatrización visible, el médico seleccionó el antebrazo. El proceso
implicaba colocar el cartílago en el antebrazo de la paciente para
permitir la formación de nuevos vasos sanguíneos. Esta técnica permite
que Burrage sienta algo en su oído una vez que se complete el proceso de
rehabilitación.
Con sólo dos cirugías más por realizarse, Burrage comentó sentirse optimista y emocionada de terminar la reconstrucción.
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