"Cuando me confirmaron que tenía esclerosis múltiple, pensé que me tiraba debajo del tren. Creía que me moría", contó con tristeza Norma a Infobae. A los 20 años, era una joven estudiante, patinadora y con muchos amigos.
Pero una neuritis óptica (una inflamación que daña el nervio óptico) y
sucesivos desmayos en la calle evidenciaron el primer síntoma de la esclerosis múltiple que padecía: una enfermedad crónica e inflamatoria del sistema nervioso central considerada la afección neurológica incapacitante no traumática ni determinada más común en adultos jóvenes.
Casi tres décadas después y gracias a diferentes tratamientos, el poder
reinsertarse en el ámbito laboral y la contención de su familia (marido
e hija), Norma puede contar cómo convive con esta terrible
enfermedad y está ilusionada con los nuevos tratamientos disponibles hoy
en Argentina.
Se la llama "la enfermedad de las mil caras",
porque no existen dos pacientes que experimenten igual padecimiento al
sufrir sus consecuencias. Pero a la enfermedad llamada esclerosis múltiple (EM) se le van cerrando los caminos a medida que la ciencia avanza.
Así, la última novedad contra esta enfermedad neurológica, crónica, de
causa no determinada y que afecta al sistema nervioso central es un nuevo tratamiento para pacientes adultos con esclerosis múltiple recurrente muy activa definida mediante características clínicas o de imagen.
Fue aprobada a principio de año por la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (ANMAT) y ahora está disponible en la Argentina. La nueva especialidad medicinal contiene la droga cladribina en comprimidos de 10 mg, la primera en América Latina.
"Es muy motivador tener la aprobación de un nuevo tratamiento para la esclerosis múltiple en Argentina,", explicó a Infobae el doctor Jorge Correale, jefe de Neuroinmunología y Enfermedades Desmielinizantes del Instituto de Investigaciones Neurológicas Dr. Raúl Carrea (FLENI).
Y agregó: "Cladribina comprimidos permite que el sistema inmune del
paciente atraviese una reconstitución inmuno-selectiva, similar a un
reseteo, y el tratamiento es simple porque no requiere una
administración o seguimiento frecuente".
Representa la primera terapia oral de corta duración, ya que posee un esquema de administración simplificado en el que se indica solo por un máximo de 20 días durante 2 años,
habiendo demostrado eficacia clínica sostenida por hasta 4 años,
evaluada en función de la disminución de la actividad de la enfermedad,
reflejada en menores niveles de progresión de la discapacidad y de la
tasa anualizada de brotes, así como en estudios de resonancia magnética.
Más de 10.000 argentinos con EM
Se estima que entre 9 mil y 12 mil argentinos padecen esclerosis múltiple,
una enfermedad crónica e inflamatoria del sistema nervioso central,
que, en su forma más frecuente –EM Remitente Recurrente (80% de los
casos)–, se manifiesta a través de 'brotes' o recaídas transitorias con
síntomas como visión borrosa, visión doble, entumecimiento u hormigueos
de brazos o piernas y trastornos motrices o de coordinación, entre otros
síntomas, episodios que potencialmente pueden ir dejando secuelas
permanentes.
Es la afección neurológica discapacitante no traumática más común en adultos jóvenes y suele presentarse entre los 20 y los 40 años en una proporción de 3 mujeres por cada varón.
Constituye no solo un problema médico para el enfermo y su entorno,
sino una verdadera contrariedad a nivel socio-económico, ya que afecta a
personas en pleno desarrollo de sus actividades económicas, laborales,
sociales y de planificación familiar.
"Ahora tenemos la posibilidad de contar con una herramienta de
tratamiento con un esquema de administración muy práctico, ya que
permite que el paciente durante prolongados períodos de tiempo no deba
recibir medicación. Además, cuenta con muy buena eficacia, pocos efectos
colaterales reportados hasta la fecha y con un monitoreo sencillo"
expresó Correale.
El especialista agregó que "está indicada para aquellos pacientes con
formas de la enfermedad a brotes y remisiones, tanto en los que han
fallado a diferentes esquemas de tratamiento como en los que presentan
una forma agresiva o rápidamente evolutiva desde el inicio de la
enfermedad".
Juan Ignacio Rojas, médico neurólogo del Servicio de Neurología del Hospital Italiano de Buenos Aires, enfatizó que "a pesar de que ya contamos con diferentes medicaciones, existía una necesidad insatisfecha para el tratamiento de los casos de enfermedad muy activa, que era la de contar con una opción de alta eficacia, pero que demostrara un buen perfil de seguridad".
Nuevas respuestas positivas
"Esta droga viene a dar respuesta a esa necesidad: demostró al cabo de 2 años de tratamiento que aproximadamente el 47 por ciento de los pacientes no evidencie ningún tipo de actividad de la enfermedad;
no volvieron a presentar recaídas ni lesiones medidas por resonancia
magnética. Con la gran ventaja de que su frecuencia de administración se
diferencia de todo lo que conocíamos, por lo que esperamos que
contribuya enormemente al cumplimiento del tratamiento y así a la
obtención de los mejores resultados posibles", indicó Rojas.
"Nos llena de orgullo que esta nueva droga confirme la huella del
manejo de la esclerosis múltiple. Veinte años atrás desarrollamos el
primer interferón beta 1a, que aún hoy es de gran ayuda para muchos
pacientes. Pero esta nueva opción, superadora, amplía el horizonte para
dar respuesta a una necesidad insatisfecha para las formas recurrentes
con alta actividad, una de las presentaciones más rebeldes de la
enfermedad y para la que los especialistas contaban con escasas opciones
terapéuticas", afirmó José Arnaud de Carvalho Coelho, Managing Director
de Merck Argentina.
El hecho de que la posología de la droga sea tan simple para el
paciente es un diferencial muy importante, ya que el cumplimiento de los
tratamientos farmacológicos condiciona el éxito terapéutico.
"La EM es una enfermedad autoinmune en la que el cuerpo interpreta como
extrañas células propias y las ataca. Fisiológicamente se origina por
la pérdida de mielina (la cubierta de grasa y proteínas que poseen las
estructuras nerviosas) que se produce por una reacción autoinmune, que
es aquella en la que los glóbulos blancos no reconocen la mielina como
propia y la atacan y destruyen", apuntó Rojas.
Y agregó: "Esto condiciona que las estructuras nerviosas conduzcan la
información a una velocidad mucho menor de la que se requiere, o bien
por una vía anómala. Como consecuencia de este proceso, el paciente
puede presentar diversos síntomas neurológicos dependiendo de dónde se
produzca la lesión, los más frecuentes son disminución de la agudeza
visual, trastornos de equilibrio, pérdida de fuerza en piernas o brazos y
trastornos en los esfínteres".
"La nueva droga logra una disminución de las células 'auto-reactivas',
luego se genera una repoblación del sistema inmune con células que dejan
de ser agresivas para el organismo produciéndose lo que llamamos una
reconstitución del sistema inmune'", explicó Rojas, que se desempeña
además como neurólogo del Centro de Esclerosis Múltiple Buenos Aires (CEMBA).
Según datos de la Organización Mundial de la Salud,
la tasa de falta de adherencia al tratamiento en esclerosis múltiple a
nivel mundial es del 44%, similar al de enfermedades crónicas tales como
la diabetes o la depresión. Por lo tanto, es esperable que una
herramienta que ayude a simplificar el esquema terapéutico contribuya a
mejorar el manejo de esta enfermedad.
Los especialistas explicaron que un motivo por el cual los pacientes en
ocasiones les refieren que no toman la medicación con la frecuencia que
corresponde es que, en ausencia de síntomas o recaídas durante un
período prolongado de tiempo, el medicamento es lo único que les
recuerda que están enfermos.
Por lo que -en algún punto involuntariamente- tienden a evitarlo. Otros
motivos de abandono o discontinuidad son los olvidos, el desgano o
falta de motivación y los efectos adversos.
Año tras año, los avances contra esta enfermedad se palpan y concretan.
Hoy existen 14 drogas diferentes para tratar la EM. Y a fin de año es
probable que se le sumen tres más.
Estos nuevos tratamientos cubren las necesidades insatisfechas de
seguridad, comodidad de administración, necesidad de monitoreo y efectos
rebote o de autoinmunidad.
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