martes, 20 de octubre de 2015

Más esclerosis múltiple pero también avances en la ciencia

La esclerosis múltiple (EM) es una enfermedad autoinmune crónica que afecta al sistema nervioso central y puede resultar incapacitante. En los últimos 15 años, tanto la prevalencia como la incidencia de EM se ha duplicado y ya afecta a 2,3 millones de personas en el mundo. Y alrededor del 15% de estos pacientes, los afectados por el tipo de EM Primaria Progresiva, no tenían alternativa terapéutica y su deterioro neurológico era imparable. No obstante, ocurrió otro positivo anuncio médico.
                       
Aplicar un tratamiento personalizado y eficaz es el objetivo del modelo dinámico Barcelona-score, desarrollado en El Centro de Esclerosis Múltiple de Cataluña (Cemcat) y el hospital Vall d'Hebrón de Barcelona, en España. Este sistema predice cuál será la evolución de la enfermedad en pacientes con esclerosis múltiple y los categoriza en grupos de riesgo que ayudarán a los médicos en la elección del fármaco más adecuado.
CIUDAD DE BUENOS AIRES (Urgente24). Un grupo de médicos del Hospital Vall d'Hebron de Barcelona han capitaneado un estudio que prueba que un fármaco experimental reduce la progresión de la EM Primaria Progresiva. El fármaco, de nombre Ocrelizumab, podría llegar a ser la esperanza de cientos de miles de pacientes y es la estrella del Congreso del Comité Europeo para el Tratamiento e Investigación de la Esclerosis Múltiple (ECTRIMS, en sus siglas en inglés) que se celebró la pasada semana en Barcelona.
 
La EM se produce cuando las células del sistema inmune reaccionan de forma errónea y atacan a estructuras del propio organismo, en concreto a las vainas de mielina (la sustancia que cubre y aísla los nervios del sistema nervioso central), afectando a la masa cerebral y la médula espinal y haciendo más lentos (o bloqueando) los mensajes entre el cerebro y el cuerpo. Estos daños se manifiestan constantemente en forma de debilidad, fatiga, falta de sensibilidad y problemas motores, entre otros.
 
Los resultados de los estudios OPERA TRIAL I y II sobre este medicamento, que pasaría a formar parte de la lista de los 10 que se emplean actualmente para tratar los distintos tipos de esclerosis múltiple, son calificados como "muy positivosv" por Xavier Montalban, presidente de ECTRIMS, director del Centro de Esclerosis Múltiple de Cataluña (Cemcat) y responsable de la parte española del ensayo clínico.
 
"Este compuesto se dirige contra el linfocito B, que participa en el mecanismo lesional de la esclerosis múltiple. Al destruirlo mejora la enfermedad", ha explicado Montalban durante la rueda de prensa de inauguración del congreso. "Esta estrategia es relativamente nueva, es un medicamento más humanizado", añade.
 
Estudios realizados en algunos países asiáticos y árabes, así como Australia y Nueva Zelanda, demuestran un aumento en la prevalencia de esclerosis en todo el mundo. Pero la ciencia tambien registra avances notables.
 
Aplicar un tratamiento personalizado y eficaz es el objetivo del modelo dinámico Barcelona-score, desarrollado en El Centro de Esclerosis Múltiple de Cataluña (Cemcat) y el hospital Vall d'Hebrón de Barcelona, en España. Este sistema predice cuál será la evolución de la enfermedad en pacientes con esclerosis múltiple y los categoriza en grupos de riesgo que ayudarán a los médicos en la elección del fármaco más adecuado.
 
“Con este modelo empleamos una serie de datos disponibles al inicio de la enfermedad   –edad, el sexo, primeros síntomas, resonancia magnética y otros marcadores como la bandas oligoclonales– e  intentamos predecir lo que va a pasar a largo plazo”, explica a SINC Mar Tintoré, investigadora del Cemcat y autora de la investigación.
 
“Si un paciente tiene un riesgo muy alto de desarrollar discapacidad, el médico probablemente seleccionará de entrada un medicamento que tenga una eficacia más alta, pero este tipo de fármacos suelen tener efectos secundarios mayores. Por ello, si un enfermo tiene un pronóstico más benigno será preferible elegir un tratamiento más tranquilo”, afirma la científica.  
 
El sistema divide a los pacientes en 4 grupos de riesgo: bajo, medio, alto y muy alto. 
 
Según explican los investigadores, el paciente que encaja con el grupo de riesgo muy alto sería, por ejemplo, un hombre joven que tiene de entrada un inicio en el tronco del encéfalo, con más de diez lesiones, bandas oligoclonales, un segundo brote durante el primer año y que a veces no es tratado en los primeros meses. 
 
Por el contrario, el grupo de riesgo más bajo se identificaría, entre otros, con una paciente con una neuritis óptica, una resonancia inicial sin lesiones, bandas oligoclonales negativas y que no sufre cambios durante el primer año.
 
Aplicar un tratamiento personalizado y eficaz es el objetivo del modelo dinámico Barcelona-score, desarrollado en El Centro de Esclerosis Múltiple de Cataluña (Cemcat) y el hospital Vall d'Hebrón de Barcelona, en España. Este sistema predice cuál será la evolución de la enfermedad en pacientes con esclerosis múltiple y los categoriza en grupos de riesgo que ayudarán a los médicos en la elección del fármaco más adecuado.
 
“Con este modelo empleamos una serie de datos disponibles al inicio de la enfermedad   –edad, el sexo, primeros síntomas, resonancia magnética y otros marcadores como la bandas oligoclonales– e  intentamos predecir lo que va a pasar a largo plazo”, explica a SINC Mar Tintoré, investigadora del Cemcat y autora de la investigación.
 
“Si un paciente tiene un riesgo muy alto de desarrollar discapacidad, el médico probablemente seleccionará de entrada un medicamento que tenga una eficacia más alta, pero este tipo de fármacos suelen tener efectos secundarios mayores. Por ello, si un enfermo tiene un pronóstico más benigno será preferible elegir un tratamiento más tranquilo”, afirma la científica.  
 
Según explican los investigadores, el paciente que encaja con el grupo de riesgo muy alto sería, por ejemplo, un hombre joven que tiene de entrada un inicio en el tronco del encéfalo, con más de 10 lesiones, bandas oligoclonales, un 2do. brote durante el 1er. año y que a veces no es tratado en los primeros meses. 
 
Por el contrario, el grupo de riesgo más bajo se identificaría, entre otros, con una paciente con una neuritis óptica, una resonancia inicial sin lesiones, bandas oligoclonales negativas y que no sufre cambios durante el primer año.

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