lunes, 29 de octubre de 2018

Reportan avances médicos en la lucha contra la tuberculosis

La Haya. La conferencia mundial sobre la salud pulmonar concluyó este sábado en La Haya tras el anuncio de progresos en la lucha contra la tuberculosis.
La conferencia dio a conocer los instrumentos con los que médicos y cooperantes humanitarios combaten la enfermedad infecciosa más mortífera del mundo, con 1.7 millones de decesos en 2017, según la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Algunas cepas de la tuberculosis -una infección pulmonar grave transmitida a través del aire que puede propagarse al cerebro- resisten a los antibióticos.
Un equipo de médicos de Bielorrusia (uno de los países con el índice de tuberculosis multirresistente más elevado) administró durante meses a pacientes el nuevo tratamiento contra la tuberculosis resistente a los antibióticos, la bedaquilina, junto con otros antibióticos.
La tasa de éxito del estudio bielorruso (93%) se comprobó en otros ensayos clínicos con bedaquilina en Europa del este, África y el sureste de Asia. La bedaquilina "cambia completamente" la situación, según los expertos, sustituyendo meses de tratamientos dolorosos y a menudo ineficaces.
Se hicieron muchos progresos en el ámbito de la prevención, con una nueva vacuna contra la tuberculosis, la primera desde hace casi un siglo.
GlaxoSmithKline demostró en una prueba en tres países africanos que su vacuna tenía una eficacia del 54% en las personas que han contraído la infección pero no han desarrollado la enfermedad.
"Este nivel de eficacia podría realmente tener un impacto sobre la salud mundial", declaró a la AFP Marie-Ange Demoitie, quien dirige el desarrollo de la vacuna para GSK.
Nuevo test para los niños
Unos científicos revelaron el jueves un nuevo test revolucionario para detectar la tuberculosis entre los niños que, según ellos, podría evitar cada año cientos de miles de casos.
Un equipo internacional de la fundación para la tuberculosis KNCV en La Haya creó un sistema sencillo para analizar las heces de los niños de menos de cinco años.
Este método, aplicable en regiones aisladas, sustituirá probablemente al actual, un método invasivo y que suele estar reservado a los grandes hospitales.
Según las estimaciones, cada año unos 240.000 niños mueren de tuberculosis. La enfermedad es curable y raramente mortal si se diagnostica a tiempo. La ausencia de tratamiento es la causa de casi el 90% de las muertes en los niños.

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