El factor de prevención juega un rol importante: los factores ambientales importan, y prevenir la obesidad, por ejemplo, ayuda a evitar la enfermedad. Pero a la misma altura están los avances en diagnósticos, ya que un mejor conocimiento de la enfermedad y nuevas pruebas para detectarla ayudan a un tratamiento más efectivo. "Cada día son más altas", explica, sobre los diagnósticos precoces de la enfermedad, una gran noticia. En esto juega parte la población, que está más sensibilizada, opero la tecnología juega un gran rol, específicamente, "hay mejoras en las máquinas que realizan las mamografías", cuenta Pérez.
En cuanto al tratamiento, destaca sobre todo la mejora en las técnicas quirúrgicas "cada vez menos agresivas", explica Pérez Segura, "lo que significa un aumento en su calidad de vida con el mismo control". No sólo la cirugía ha mejorado, sino "también las técnicas de radioterapia, de radiar la zona mamaria con una menor toxicidad con un control de la enfermedad idéntico al que teníamos antes".
Los medicamentos también avanzan. "Los tratamientos quimioterápicos o de fármacos dirigidos han avanzado muchísimo", explica el oncólogo. "Tenemos tratamientos muy específicos para determinadas alteraciones genéticas que se producen en determinados cánceres de mama". "Tenemos además fármacos que pueden atacar específicamente las células tumorales, introduciendo los tratamientos déntro de la célula, con un control de la enfermedad muy bueno, consiguiendo que el daño sea menor en las células normales, reduciendo la toxicidad".
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