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"Ver desde primera fila cómo mejora la vida de un trasplantado es algo muy emocionante"
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"Desde un punto de vista general, la edad no es un impedimento para poder donar órganos"
En
un proceso de donación de varios órganos se estima que puede llegar a
intervenir hasta un centenar de personas. Ahí entrarían los cirujanos,
el personal de enfermería de quirófanos, médicos y enfermeros de la UCI,
anestesistas, anatomía patológica, microbiología, inmunología,
nefrología, cardiología y un sinfín de especialidades más. Todo tiene
que funcionar al unísono, de manera cohesionada, sin fallos y, a ser
posible, con la mayor rapidez posible, que el tiempo de vida de un
órgano desde que es extraído hasta que es recolocado es bastante
efímero. Un corazón, por ejemplo, apenas permanece operativo seis horas
mientras viaja de un cuerpo a otro. El equipo que hace posible
estos milagros debe ser una máquina que esté perfectamente engrasada,
porque en el horizonte hay una o varias vidas esperando. En la provincia
de Cádiz ese directordeorquesta es Antonio
Gordillo Brenes (San Fernando, 1970), licenciado en Medicina por la
Universidad de Cádiz, médico especialista en Cuidados Intensivos y que
fue nombrado coordinador de trasplantes en esta provincia el pasado mes
de abril.
Estos seis primeros meses al frente de esta
nueva responsabilidad no pueden tener un balance más positivo para este
isleño al que desde pequeño, desde que atendía a las clases de Ciencias
Naturales en un aula del colegio La Salle-Real, le atrajo la Medicina.
"Ha sido medio año de mucho más trabajo, es verdad, pero al mismo tiempo
muy gratificante porque se aprende mucho y porque satisface ver que
todo funciona bien", reflexiona al hace un primer balance.
Dice Antonio Gordillo que una de las cosas más
emocionantes que ha vivido en su vida profesional es "comprobar desde
primera fila cómo ha mejorado la vida de un trasplantado". "Es que una
persona que está en diálisis pierde calidad de vida, apenas puede beber
agua, por poner un simple ejemplo, y todo eso es algo que recupera
cuando recibe un riñón nuevo. Y qué decir en los casos de esos pacientes
que reciben un corazón o un pulmón. Porque ahí no se trata de mejorar
su calidad de vida. Ahí se trata de vivir o de no vivir".
La entrevista con Antonio Gordillo se
realiza en la misma semana en la que el hospital Puerta del Mar de Cádiz
acaba de celebrar que se ha superado el listón de los 1.500 trasplantes
renales en este centro sanitario 35 años después de que se viviera el
primero allá por 1982. El coordinador provincial de trasplantes valora
en positivo este dato, pero él es más de mirar hacia el futuro. Y sobre
todo prioriza hablar del componente humano que rodea un trasplante antes
que darle una perspectiva meramente científica.
"Sin la generosidad de los donantes
fallecidos y de sus familias nada de esto tendría sentido. Ellos son los
que hacen posible todo esto y por eso yo no ahorro palabras de
agradecimiento hacia ellos", afirma con rotundidad un Antonio Gordillo
que está empeñado en acercar el ámbito de los trasplantes a la sociedad
gaditana. Para ello, y para promocionar las donaciones de órganos, se
ha valido de las redes sociales activando la cuenta de twitter @TrasplanteCadiz y abriendo una página de Facebook a la que se puede acceder buscando Coordinación Sectorial Trasplantes de Cádiz.
En el trasfondo de todo lo que rodea al
mundo de los trasplantes y las donaciones permanece desde siempre la
dicotomía ciencia-religión, esa guerra sin fin en la que las certezas de
los médicos chocan frontalmente con las creencias y los sentimientos de
muchos. Pero el coordinador de trasplantes prefiere pasar de puntillas
sobre esta realidad, posiblemente para no herir sensibilidades. En todo
caso, se limita a asegurar que cada vez hay menos resistencia ciudadana a
las donaciones, aunque hay aún un porcentaje de la población que no
termina de dar ese paso.
"Cuando hay un fallecimiento y abrimos la
posibilidad de donar uno o varios órganos, la aceptación que tenemos es
alta, por encima del 80% de los casos, aunque no llegamos al 100%, que
sería lo ideal", reconoce. El porqué se mantiene ese freno es una
cuestión en la que él prefiere no ahondar pero, en cualquier caso, es
algo que, apostilla, tiene más fuerza en esta provincia que en otras
zonas de España e incluso de Andalucía. "Puede ser una cuestión de
cultura popular, o de creencias, o de sentimientos, o de culto a la
muerte. No lo sé. Pero es algo que, aunque es verdad que se va
reduciendo, está ahí y, en cualquier caso, hay que respetarlo",
reflexiona antes de corroborar que cada vez "hay menos resistencia a las
donaciones, aunque este tema, por estar vinculado a la muerte, sigue
siendo tabú en muchos hogares".
Con ese tabú es con el que se choca de
frente el equipo de trasplantes cada vez que se produce un
fallecimiento, en especial cuando le sucede a una persona joven o con
una edad no especialmente avanzada. Es, reconoce Gordillo, el momento
más duro del proceso "porque primero hay que comunicarle el
fallecimiento a los familiares, y a renglón seguido hay que abrir la
puerta a una posible donación de órganos". Y ahí llegan reacciones muy
diferentes: "Hay familias, aunque son pocos casos, en las que todo eso
está hablado de antemano y nos trasladan un sí o un no rotundo. Y
también hay algunos casos, aunque son muy, muy minoritarios, en los que
nos trasladan esa negativa de manera airada o enérgica. Lo normal,
porque es lo que sucede en el 90% de los casos, es que este tema no se
haya tocado antes del fallecimiento, que la familia ni siquiera sepa qué
es lo que hubiera querido hacer el difunto con sus órganos. Y es ahí
donde hay que tomar una decisión y, además, hay que hacerlo con
rapidez", añade Gordillo.
Para evitar estos quebraderos de cabeza, el
coordinador de trasplantes recuerda que en el propio hospital de Cádiz
existe un registro oficial de voluntades anticipadas en el que el
paciente puede manifestar, entre otras cosas, si quiere donar órganos
una vez fallecido.
Y en paralelo no hay que olvidar los
trasplantes entre personas vivas, algo que se circunscribe casi en
exclusiva a los riñones, porque cada persona tiene dos y se puede vivir
sin problemas con uno solo. También hay algunos casos, aunque muy
contados, de trasplantes hepáticos, que tienen lugar de padres a hijos.
Todas estas donaciones entre personas vivas tienen detrás un proceso muy
complejo que precisa de aceptaciones médicas e incluso legales para que
puedan terminar cristalizando.
El hospital Puerta del Mar de Cádiz está
centrado sobre todo en los trasplantes de riñón, aunque también tienen
su importancia los trasplantes de córnea, que han crecido de manera
exponencial gracias a una técnica pionera que está dando resultados
bastante óptimos. Las cifras oficiales atestiguan que el año pasado se
llevaron a cabo 88 trasplantes renales (que se realizan en exclusiva en
el centro hospitalario de la capital gaditana) y 42 de córneas
(repartidos entre el mismo Puerta del Mar y también entre los hospitales
públicos que el SAS tiene en Jerez y Algeciras). El objetivo es que
ambas cifras puedan verse superadas cuando concluya el presente año.
La provincia de Cádiz engloba por sí sola
uno de los cinco sectores en los que la Consejería de Salud divide la
comunidad andaluza en materia de trasplantes. Los otros cuatro sectores
son el de Sevilla y Huelva, especializado en trasplantes de corazón e
hígado; el de Córdoba y Jaén, que desarrolla todo tipo de trasplantes,
incluido el de pulmón; el de Granada, con hígado y riñón; y el sector de
Málaga y Almería, que hace estos dos últimos trasplantes y añade el de
páncreas. En cualquier hospital de cualquier provincia andaluza se
pueden realizar extracciones de órganos. Y cuando eso se produce se
busca al receptor más compatible posible para ese órgano y, a ser
posible, que viva lo más cerca posible, porque en materia de trasplantes
el tiempo es oro.
Pero, ¿hasta que edad se puede donar? ¿Todo
cadáver tiene algo provechoso? Antonio Gordillo responde con un sí
diáfano, aunque de inmediato lo matiza. "Desde un punto de vista
general, la edad no es un impedimento para donar órganos. Hombre, cuando
uno pasa de los 80 años igual ya hay órganos a los que les queda poco
recorrido, pero por lo general no influye tanto la edad y sí la causa
del fallecimiento. Un cáncer muy extendido impide cualquier donación,
porque la posibilidad de transmisión de la enfermedad sería muy alta. Y
algunas enfermedades infecciosas también influyen. En cualquier caso
todo órgano potencialmente trasplantable se somete previamente a un
completo análisis", reflexiona el coordinador.
Con el paso de los años la ciencia va
avanzando, la sociedad va evolucionando y los profesionales sanitarios
que dedican sus esfuerzos al mundo de los trasplantes se van topando con
trabas que antes no existían. Por ejemplo, los avances médicos han
elevado de manera considerable la esperanza de vida, y ello conlleva que
haya menos defunciones. También sucede con las víctimas mortales en
accidentes de tráfico, que se han reducido en los últimos años de manera
drástica, ya que en los 90 este segmento de defunciones constituían el
40% de los donantes de órganos y ahora apenas representan el 4%. La
consecuencia de todo ello es que la edad media del donante ha aumentado
hasta los 60 ó 65 años.
Y eso también deja su huella en la provincia
gaditana donde, según los cálculos que maneja Gordillo, hoy hay entre
80 y 100 personas que están esperando un riñón. "El problema es que no
podemos reducir esa lista de espera porque, aunque llegan más riñones
porque la ciudadanía es más receptiva ahora a las donaciones, también
aumenta la demanda porque nos morimos cada vez más tarde", recalca este
médico isleño que sueña con que el mundo pueda ver alguna vez algún
trasplante centrado en el sistema nervioso central, la médula espinal o
el cerebro, unos hitos que a día de hoy son impensables "aunque el
futuro es impredecible para todos", añade con cierto optimismo.
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