En nuestro país se diagnostican unos 2 mil casos anuales (5 casos al día) de carcinoma avanzado de células renales (CCR), el tipo de cáncer de riñón más frecuente.
El cáncer de riñón, es el quinto más frecuente en nuestro medio, detrás del de mama, colon, próstata y pulmón. El 90% corresponde a carcinomas de células renales (CCR), de los cuales entre un 20% y un 30% se diagnostica cuando la enfermedad se encuentra en etapas avanzadas, y entre quienes se detecta en forma precoz, un 30% desarrollará metástasis en el tiempo.
Esto representa un cuadro complejo y agresivo para el que existe una
necesidad insatisfecha de tratamientos de primera línea que retrasen la
progresión de la enfermedad y ofrezcan un perfil de seguridad aceptable.
Frente a este escenario, Argentina se convirtió en el segundo país en el mundo –luego de los Estados Unidos- y el primero en Latinoamérica en contar con una nueva alternativa terapéutica, que demostró reducir un 31% el riesgo de avance de la enfermedad o la misma muerte.
“Estamos hablando de una enfermedad seria, para la que hasta ahora
disponíamos de pocas alternativas altamente efectivas para su abordaje. La llegada de este nuevo esquema terapéutico nos da la posibilidad de ofrecer a nuestros pacientes un tratamiento que está a la vanguardia de los últimos desarrollos mundiales”,
señaló el doctor Juan Pablo Sade, médico oncólogo de la Unidad
Genito-Urinaria del Instituto Alexander Fleming y del Hospital
Universitario Austral.
“Es muy importante para la especialidad tener disponibles nuevas herramientas de probada eficacia
que contribuyen al tratamiento de una difícil condición, como lo es el
carcinoma de células renales en estadio avanzado. Sin ninguna duda,
muchos pacientes en la Argentina podrán beneficiarse accediendo a este
tratamiento”, sostuvo por su parte el doctor Juan José Zarbá, Jefe del
Servicio de Oncología del Hospital Zenón Santillán de Tucumán.
El especialista agregó que son factores de riesgo para desarrollar cáncer renal el tabaquismo, la obesidad y la hipertensión arterial. Se
diagnostica generalmente entre los 50 y los 70 años, con mayor
predominancia en el sexo masculino (promedio 55 años), y los principales
síntomas que permiten sospecharlo son dolor persistente al costado del
abdomen o en la espalda baja, un bulto en aquellas zonas, sangre en la
orina, descenso involuntario de peso, pérdida de apetito, fiebre
persistente no causada por una infección, fatiga y anemia.
Alrededor de la mitad de quienes viven con carcinoma de células renales
avanzado no recibe tratamiento adicional después de la terapia de
primera línea por razones que pueden incluir mal estado general de salud
o efectos adversos a causa de su tratamiento inicial.
Un nuevo avance en inmunoterapia
El mecanismo de acción de la nueva combinación suma la actividad de avelumab, una droga perteneciente al grupo de las ‘inmunoterapias’,
-inhibidor de las proteínas PD1 y PDL1 que actúa entrenando al sistema
inmunológico para que reconozca y ataque a las células cancerígenas-,
más axitinib -un agente que logra inhibir otra proteína (la tirosin
quinasa) presente en unos receptores (del factor vascular de crecimiento
del endotelio) implicados en el crecimiento tumoral y en la progresión metastásica del cáncer-.
Particularmente, contribuye a frenar la formación de nuevos vasos
sanguíneos que alimenten y permitan el crecimiento del tumor.
“Se ha demostrado fehacientemente que la actividad conjunta de ambas
medicaciones logra una sinergia que permite alcanzar altas tasas de
respuesta, muchas de ellas duraderas, con importantes resultados a favor
de aquellos pacientes que transitan por este estadio de la enfermedad.
Ofrece además mejor tolerancia que los anteriores tratamientos, lo que
representa un beneficio en términos de calidad de vida”, indicó Sade.
La aprobación de avelumab en combinación con axitinib se basó en los resultados del estudio de Fase III JAVELIN Renal 101,
en el que el nuevo esquema terapéutico mejoró significativamente la
mediana de sobrevida libre de progresión en comparación con la terapia
estándar, en más de cinco meses.
En dicha investigación, publicada en el New England Journal of
Medicine, la tasa de respuesta objetiva (reducción efectiva del tamaño
del tumor) se duplicó en la población tratada con la nueva combinación
en comparación con el grupo que recibió la terapia estándar (51,4%
frente a 25,7%), con una mediana de seguimiento de la sobrevida global
de 19 meses.
“Los resultados del estudio JAVELIN ponen en evidencia claramente los
beneficios de la nueva combinación, con valores contundentes tanto en
términos de tasa de respuesta objetiva como en la reducción
significativa de la progresión de enfermedad o muerte”, destacó Zarbá,
quien también es Profesor Adjunto de Oncología de la Facultad de
Medicina de la Universidad Nacional de Tucumán.
Se produjeron reacciones adversas graves en el 35% de los pacientes que
recibieron las drogas combinadas. Las reacciones adversas más
frecuentes fueron diarrea, cansancio, hipertensión, dolor
musculo-esquelético, náuseas, mucositis, eritrodisestesia palmo-plantar,
disfonía, disminución del apetito, hipotiroidismo, erupción cutánea,
hepatotoxicidad, tos, disnea, dolor abdominal y cefalea.
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