martes, 19 de mayo de 2020

El ingenioso desarrollo argentino para evitar que médicos y enfermeros se contagien de coronavirus y supervisen pacientes a distancia

Lo proyectaron un nutrido grupo de científicos, médicos y empresarios de Bahía Blanca y recibirá un subsidio de 100 mil dólares del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación. Se trata de un monitoreo simplificado para que el personal de salud no deba pasar por todas las camas de una terapia intermedia



Las partes que componen el desarrollo: 1) Equipo de monitoreo. 2) comunicación wifi. 3) Sensor óptico para realizar la Oximetría y leer el pulso cardíaco. 4) Baterías. 5) Sensor de temperatura. 6) Identificación del paciente y referencia al equipo. 7) Central de monitoreo de pacientes. 8) App de monitor individual. 9) Banda de medición de frecuencia respiratoria. 10) impresión de informes
Las partes que componen el desarrollo: 1) Equipo de monitoreo. 2) comunicación wifi. 3) Sensor óptico para realizar la Oximetría y leer el pulso cardíaco. 4) Baterías. 5) Sensor de temperatura. 6) Identificación del paciente y referencia al equipo. 7) Central de monitoreo de pacientes. 8) App de monitor individual. 9) Banda de medición de frecuencia respiratoria. 10) impresión de informes

 

El ingenioso desarrollo argentino para evitar que médicos y enfermeros se contagien de coronavirus y supervisen pacientes a distancia

Lo proyectaron un nutrido grupo de científicos, médicos y empresarios de Bahía Blanca y recibirá un subsidio de 100 mil dólares del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación. Se trata de un monitoreo simplificado para que el personal de salud no deba pasar por todas las camas de una terapia intermedia

Las guerras, por terrible que suene, siempre han sido el terreno más fértil para los avances científicos, desde la invención de la rueda hasta hoy. La pandemia de Covid-19 es una de ellas. Con seguridad, el conflicto más global de todos los que enfrentó la humanidad.

En Bahía Blanca, algo se está gestando. Un avance que no es una vacuna ni un tratamiento, pero que puede ayudar a que el personal de salud, aquellos que están en el frente de batalla, no caigan víctimas del contagio: el “Monitoreo Simplificado de Pacientes en Situación de Internación Masiva”.

En eso anda el doctor en Ingeniería Pablo Mandolesi, recibido en la Universidad Nacional del Sur, anda en esa tarea. De 53 años, casado y padre de dos hijas, docente e investigador del Instituto de Investigaciones de Ingeniería Eléctrica y miembro de la Carrera de Investigador de la Comisión de Investigaciones Científicas de la provincia de Buenos Aires.

“Bahía no es una ciudad tan grande -comienza a contar- y quienes hacemos electrónica nos conocemos todos y tenemos bastante relación con empresas. Cuando empezó la cuarentena me llamaron para ‘hacer cosas que puedan ser de utilidad’ ante la pandemia”.
el doctor en Ingeniería Pablo Mandolesi
el doctor en Ingeniería Pablo Mandolesi
El resultado de esas reuniones vía zoom se plasmó bajo el nombre de Ayudar, y reunió un grupo de trabajo que, además de Mandolesi integran, entre otros, el Ingeniero electricista Guillermo Vallasciani, el biotecnólogo Guillermo Coppa, el biotecnólogo Mauricio Clermont, el diseñador industrial Diego Aguilar, los neumonólogos Jorge Draghi y Julio Silio, el maker electrónico Gabriel Messina, el licenciado en Comunicación Leandro Digiacomo y el ingeniero Químico Rolando Scudelati.
 
“Llegamos a la conclusión que debíamos hacer un equipo de monitoreo para una terapia intermedia, por llamarla así, los lugares donde las internaciones son masivas.El objetivo es bajar la exposición del personal sanitario, aquellos que deben supervisar continuamente a los pacientes y están muy expuestos al contagio. Y, que cada miembro de ese personal sanitario aumente la capacidad del seguimiento de personas. Hoy, cada 100 camas, es menester que haya ejército de personas dando vueltas y exponiéndose al contagio”.

Un dato: todo este desarrollo, una vez concluido, tendrá sus planos abiertos. Es decir, quien lo desee podrá copiar y pegar. Y salvar médicos y enfermeros.

Al poco tiempo de comenzar el diseño del dispositivo, la Agencia de Promoción de la Investigación, el Desarrollo Tecnológico y la Innovación (Agencia I+D+i) del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación abrió un concurso para proyectos sobre Covid-19. Lo presentaron, y fue elegido entre los 64 que recibirán 100 mil dólares de subsidio. “Me sorprendió, porque había 900 proyectos. A los mejor fue porque ya tenía un grado de avance y no había muchos sobre el monitoreo de pacientes”.
Parte del equipo que desarrolla el sistema de monitoreo a distancia en una reunión por Zoom.
Parte del equipo que desarrolla el sistema de monitoreo a distancia en una reunión por Zoom.
“Habíamos arrancado buscando financiamiento privado y comprando elementos nosotros -prosigue Mandolesi-. Pero ahora la diferencia es enorme, porque la mayoría de los componentes son importados, no se consiguen en el mercado local, y entonces se complicaba la logística. Y como están dedicados a censar variables de la salud, hoy son elementos de élite, digamos, y todo el mundo los están buscando”.
 
-¿Es un desarrollo muy caro?

-No. Nuestro objetivo es que sea de bajo costo. Buscamos que el costo del equipo que tiene el paciente sea de 150 dólares, y la central de monitoreo otro tanto. Esa central es la que muestra las mediciones de los enfermos en la sala de médicos o enfermeros. Y cada 30 o 40 camas se pondría un equipo adicional. Ya tenemos un prototipo, ajustable al proceso de fabricación, y para eso ya estamos en contacto con fabricantes de electrónica de nuestro país para bajar el costo lo más posible.
 
-¿Cómo es el equipo?

-Va a tener el tamaño de un celular. Del mismo salen cables para medir cuatro variables. Uno va a la punta del dedo con un oxímetro -que está incluido- para medir, a través de sendos sensores, dos de ellas: oxígeno en sangre y ritmo cardíaco. Funciona con una propiedad de la sangre que valida, según la cantidad de oxígeno, la absorción de los rayos infrarrojos. Lo que deberíamos comprar afuera son los dispositivos electrónicos para detectar la luz, que ya vienen preparados para hacer oxímetros. Luego mide la temperatura corporal con un dispositivo electrónico bajo la axila. La información viaja al equipo central que tiene incorporado los circuitos integrados del termómetro que la capturan. Y por último, mide el ritmo respiratorio. Tenemos dos posibilidades de medirlo. Una que es la más elemental, pero más compleja de aplicar, que es la deformación torácica, con una cinta que se expande y contrae el tórax. La otra es impedancia torácica, que hace algo parecido pero midiendo la conductividad del pecho. Es un método más seguro pero hay que ponerle electrodos a las personas.
Un modelo de chequeo de la información que recibirán médicos y enfermeros
Un modelo de chequeo de la información que recibirán médicos y enfermeros
-¿De qué forma se transmite la información?

-El equipo la envía por bluetooth o wifi a un concentrador que hace el procesamiento y la muestra para seguir el protocolo que los médicos proponen. El concentrador puede ser el mismo generador de wifi, poniendo un router en el mismo. Esto en el futuro podría vincularse sin estar cerca, ser totalmente remoto, y transmitir datos a distancia. Pero nuestro objetivo hoy son los ambientes de internación masiva y debería estar próximo.
 
-¿Ese concentrador también lo diseñan ustedes?

-Si. Tiene menos restricciones que el equipo que colocamos junto a los pacientes porque no hay que sanitizarlo, y por ende utiliza más elementos standard. Al otro hay que limpiarlo con desinfectantes, es todo proceso que se debe llevar a cabo porque está en un ambiente contaminado.
 
-¿Cómo se inmuniza el equipo?

-Lo que vamos a proponer es que esté en inmerso en una resina completa de desinfectantes, de forma que no tenga intersticios. Lo que aseguramos es que los elementos que se usen serán acordes para poder ser higienizado en forma correcta para que no se arruine. Por ejemplo, los cables que utilizamos son de uso médico, las vainas de material en esos ambientes.
Render de una de las placas que desarrollaron para el equipo de monitoreo. Una vez terminado, los planos serán abiertos para todo el mundo.
Render de una de las placas que desarrollaron para el equipo de monitoreo. Una vez terminado, los planos serán abiertos para todo el mundo.
-Me decía al principio que ya hicieron un prototipo.

-Sí, básico, en partes y sin toda la tecnología que estamos desarrollando. Para su diseño mandamos a comprar componentes a Estados Unidos, así podemos empezar a hacer pruebas de campo, llevarlo a un hospital y validar su funcionalidad con médicos.
 
-¿Cuántas personas se necesitan para manejarlo?
 
-Una vez instalado en el paciente, el equipo es autónomo. Lo que se debe hacer es hacerlo funcionar y atender la consola en la que se muestran los parámetros, y ahí va a estar el personal sanitario como lo hace habitualmente. Lo que buscamos, como decía, es facilitar el trabajo con los protocolos que los enfermeros y médicos llevan adelante a diario. Un profesional de salud puede ver a todos los pacientes en un monitor general, y puede resolver la descompensación de uno yendo a verlo puntualmente, no pasando por todas las camas.
 
-¿Cuándo estará listo?

-La pregunta del millón de dolares… Los prototipos para empezar las pruebas de campo los podríamos tener en tres semanas. El problema más grande que tenemos es la cuestión presupuestaria. Hay que ver cuando está disponible el dinero para las compras que faltan. Lo que es la ingeniería estará para esa fecha, pero hay mucho que ver en la provisión de partes, porque debemos pensar en dos o tres variantes, ya que el mercado va cambiando todo el tiempo por la disponibilidad de elementos. La producción, luego, depende de los fabricantes, pero no es mucho tiempo.

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