Un bebé prematuro en la incubadora
M.Y.O.P. pour SOS Préma
Entrevistados: El doctor Francesc Botet, secretario general de la Sociedad Española de Neonatología. Valentina Espina, madre de una niña prematura, residente en Francia y perteneciente a la asociación SOS Préma.
Al parecer, cada vez son más los bebés que nacen antes de tiempo, los expertos señalan que son consecuencia del incremento de patologías como la obesidad, la diabetes y la hipertensión.
Un niño se considera prematuro si nace antes de la semana 37 de gestación. Su límite de viabilidad se establece alrededor de las 24 semanas, que corresponde a unos 600 gramos de peso.
Hace tres años, Valentina Espina dió a luz prematuramente a dos niñas. Una de ellas murió poco después del parto y la otra sobrevivió. Una difícil prueba para esta chilena que vive en Compiègne al norte de Francia: “Uno no tiene en ese momento tiempo para pensar en todo, hay que enfocar las energías en estar al lado de la niña que está luchando entre la vida y la muerte…. el duelo viene después”.
La práctica llamada “piel a piel” se ha generalizado en los últimos años, pero también ha habido varios avances médicos, como nos explica el Doctor Botet, secretario general de la Sociedad Española de Neonatología: “Ha mejorado muchísimo el pronóstico de estos niños… los respiradores han mejorado, son menos agresivos ahora, la alimentación de los bebés también…es un conjunto de cosas que hace que la supervivencia que antes dábamos a niños más grandes ahora se la podemos dar a niños mucho más pequeños, con 27 semanas podemos dar una supervivencia del 80 por ciento”.
Valentina forma parte de la asociación SOS Préma, asociación francesa de padres que tienen hijos prematuros : “Yo quise tener contacto con la asociación para ver cómo otra mamá u otro papá pudo vivir la prematurez de su hijo, ver a su hijo conectado… A mí me hacía falta escuchar a una mamá que me dijera que lo que tú sientes, la rabia que sientes, el susto que sientes es normal… (todo eso) yo sentía junto, todo mezclado, sobretodo susto, susto de perder a un hijo”.
Tres años después, para Valentina la clave para acompañar a su hija que ahora tiene tres años y que está muy bien de salud, es vivir el día a día con un seguimiento médico regular del niño prematuro y buscar a otros padres de familia para compartir tan difícil experiencia.
Un niño se considera prematuro si nace antes de la semana 37 de gestación. Su límite de viabilidad se establece alrededor de las 24 semanas, que corresponde a unos 600 gramos de peso.
Hace tres años, Valentina Espina dió a luz prematuramente a dos niñas. Una de ellas murió poco después del parto y la otra sobrevivió. Una difícil prueba para esta chilena que vive en Compiègne al norte de Francia: “Uno no tiene en ese momento tiempo para pensar en todo, hay que enfocar las energías en estar al lado de la niña que está luchando entre la vida y la muerte…. el duelo viene después”.
La práctica llamada “piel a piel” se ha generalizado en los últimos años, pero también ha habido varios avances médicos, como nos explica el Doctor Botet, secretario general de la Sociedad Española de Neonatología: “Ha mejorado muchísimo el pronóstico de estos niños… los respiradores han mejorado, son menos agresivos ahora, la alimentación de los bebés también…es un conjunto de cosas que hace que la supervivencia que antes dábamos a niños más grandes ahora se la podemos dar a niños mucho más pequeños, con 27 semanas podemos dar una supervivencia del 80 por ciento”.
Valentina forma parte de la asociación SOS Préma, asociación francesa de padres que tienen hijos prematuros : “Yo quise tener contacto con la asociación para ver cómo otra mamá u otro papá pudo vivir la prematurez de su hijo, ver a su hijo conectado… A mí me hacía falta escuchar a una mamá que me dijera que lo que tú sientes, la rabia que sientes, el susto que sientes es normal… (todo eso) yo sentía junto, todo mezclado, sobretodo susto, susto de perder a un hijo”.
Tres años después, para Valentina la clave para acompañar a su hija que ahora tiene tres años y que está muy bien de salud, es vivir el día a día con un seguimiento médico regular del niño prematuro y buscar a otros padres de familia para compartir tan difícil experiencia.
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