Los grandes avances médicos
siempre han definido el rumbo de la humanidad. Hoy día la medicina
parece haberse convertido en un negocio que perjudica a millones de
personas. Sin embargo, la competitividad propia del sector médico ha
propiciado algunos avances que auguran un futuro mejor y mas asequible
para los pacientes que sufren de algunas dolencias o situaciones que no
se pueden costear de manera correcta. La impresión 3D ha intervenido en
esto para intentar solucionar la situación.
A
pesar de los altibajos, la humanidad ha logrado alcanzar muchos logros
impresionantes para mejorar la calidad de vida como especie. Muchos
avances científicos han supuesto verdaderas revoluciones que han
alterado significativamente aspectos tan importantes como la esperanza
de vida.
Alexander Fleming descubrió la penicilina,
un potente antibiótico que sirvió para erradicar muchas enfermedades
que en otros tiempos diezmaban poblaciones enteras. De la misma manera Karl Landsteiner
descubrió las diferencias entre los tipos sanguíneos y los tipifico
para que así fuese más fácil hacer una transfusión de sangre sin que el
organismo sufriese daños irreparables.
Alexander Fleming.
Hoy en día los descubrimientos médicos
se siguen dando y no se quedan solo en el plano orgánico, sino que
trascienden de maneras en las que la tecnología forma gran parte de la
medicina moderna. Es el caso de las impresoras 3D, cuya utilidad hoy en
día es muy variable y algunos sectores las han utilizado para hacer
cosas sin precedentes.
Órganos hechos con impresoras 3D
Quizá la utilidad más impresionante que
se le ha dado a una impresora 3D es la de crear órganos artificiales
completamente funcionales para ser utilizados en trasplantes cuando el
paciente no tiene posibilidades de encontrar un donante compatible.
Investigadores de la Universidad Ludwig Maximilians
de Múnich en Alemania consiguieron crear órganos transparentes con el
propósito de que estos puedan ser utilizados en cirugías reales. La
manera en la que lo consiguieron fue decolorando órganos reales con un
disolvente, con el fin de que el escáner de un microscopio pudiese ser
capaz de procesar la información y elaborar un modelo en 2D que
permitiese la creación en serie de estos órganos.
Por supuesto, no vale con simplemente
replicar un cerebro o un riñón con piezas sintéticas, sino que tienen
que llevar a cabo un proceso para que el órgano pueda ser identificado
como tal por el organismo. Es aquí donde viene la parte más
impresionante, cargan la impresora con células madre
que actúan como una especie de tinta que se inyecta en el modelo
impreso. Si se logra inyectar las células en la posición correcta se
crea un órgano sintético completamente funcional.
Por desgracia los exámenes clínicos aun
no se han realizado y los órganos son caros de producir, pero sin duda
alguna es un manifiesto más de la genialidad humana y una prueba de que
aún podemos llegar muy lejos como especie.
Prótesis 3D
Siguiendo con la tónica general de la
medicina, la impresión 3D ha revolucionado el mercado de las prótesis
por una sencilla razón: el precio. Las prótesis normales son, en
general, muy caras y suponen para muchas familias un gasto que pagar con
gran sacrificio y esfuerzo. Algunas personas no pueden
hacerse con una buena prótesis y deben conformarse con una prótesis
estándar que en muchos casos genera molestia.
Desde que llegó la impresión 3D esto ha
sido un problema del pasado puesto que las prótesis realizadas por
impresión son mucho más baratas y cómodas. Suponiendo una buena
alternativa para aquellas personas que se encuentran en necesidad de una
pero no disponen de un buen presupuesto.
Prótesis hecha con impresora 3D.
A día de hoy una mano hecha por impresión supone tan solo unos 30 euros,
un gran avance respecto a las prótesis de antaño que podían llegar
hasta los 500 euros. El tiempo de manufacturación que requiere hacer una
de estas prótesis también es bastante reducido, tan solo unas 20 horas,
más otras cinco si se toma en cuenta el montaje de las piezas.
Escayolas 3D
Una empresa española es la protagonista en este caso, se trata de una empresa llamada Flixit que tuvo una idea revolucionaria basada en las necesidades especiales que crea una escayola convencional.
Las escayolas 3D tienen un diseño
completamente distinto a las escayolas tradicionales y ofrecen ventajas
muy impresionantes frente a estas. La primera es que el peso es
considerablemente menor y además de esto se pueden mojar. Se pueden
poner y quitar fácilmente.
Escayola 3D debajo del agua.
A pesar del nombre que se les ha dado,
lo cierto es que no son escayolas realmente, Raquel Serrano, una de las
ingenieras del proyecto insiste en que el término correcto sería férula u
órtesis. Las férulas 3D no utilizan yeso, sino un polímero especial
llamado ácido poliláctico, o PLA, muy parecido al plástico pero biodegradable.
Como en el caso de las prótesis, el
tiempo de fabricación es muy reducido y esto supone que las entregas se
realizan en periodos de envío bastante cortos. Por supuesto requieren de
la aprobación de un médico para ser utilizadas pero el potencial es
enorme, puede incluso combinarse con técnicas de electro estimulación
para ayudar a la recuperación. Son una gran alternativa ya que no
impiden realizar actividades que las escayolas de yeso tradicionales sí
impiden.
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