Los investigadores serían capaces, con la nueva técnica, de generar un
estado de “tabula rasa” en las células madre, lo que aumentaría la
capacidad de éstas para especializarse en diferentes tipos de células
maduras.
Un equipo internacional de científicos ha descubierto una nueva
tecnología “rápida y sencilla” que permite conseguir células madre más
eficientes para la medicina regenerativa, una técnica que sería
aplicable en las enfermedades en las que se sufre pérdida o degeneración
celular.
Mediante la introducción de una molécula (el microRNA 203), el nuevo
protocolo impulsa, tanto en un ser vivo como “in vitro”, el potencial de
las células madre para que se especialicen en células adultas de
distintos tipos, necesarias en numerosas afecciones musculares o en
alteraciones del sistema nervioso.
La investigación ha sido liderada por el Grupo de División Celular y
Cáncer del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO)
dirigido por Marcos Malumbres, y en la misma han participado varios
centros españoles, australianos y estadounidenses, entre ellos el
Laboratorio de Expresión Genética del Salk Institute de Estados Unidos,
que dirige el español Juan Carlos Izpisúa.
Las conclusiones de la investigación, que se ha prolongado durante
cinco años, aparecen hoy en la revista científica The Embo Journal.
La primera firmante del estudio, la investigadora María Salazar-Roa,
ha precisado a EFE que se trata de una tecnología “muy sencilla” que se
puede replicar en cualquier laboratorio y ha precisado que la
reprogramación celular “a células madre inducidas” es ya una práctica
habitual en miles de laboratorios de todo el mundo.
“Pero encontrábamos problemas de calidad en esas células, que no
llegan a desarrollar el enorme potencial que tienen las células madre
embrionarias”, ha explicado la investigadora, y ha subrayado que la
técnica que han descubierto ahora ayuda a perfeccionar los protocolos
que ya existían para mejorar la calidad de las células madre que se
generan en los laboratorios.
Con un mayor potencial, las células madre se pueden llegar a
convertir en cualquier tipo celular “especializado, maduro y funcional”,
ha corroborado Salazar-Roa. “Este es el fin último de la medicina
regenerativa, que sería aplicable en enfermedades en las que se sufre
pérdida o degeneración celular”.
Los investigadores serían capaces, con la nueva técnica, de generar
un estado de “tabula rasa” en las células madre, lo que aumentaría la
capacidad de éstas para especializarse en diferentes tipos de células
maduras.
El CNIO ha recordado hoy que una de las principales limitaciones en
la aplicación de las terapias celulares es la calidad de las células
madre que se obtienen en los laboratorios, lo cual está dificultando su
uso con fines terapéuticos, y ha destacado que la técnica descubierta
por este equipo internacional permite obtener células más eficientes.
Los investigadores localizaron una molécula (el microRNA 203) que se
encuentra en los estados embrionarios más tempranos -antes incluso de la
implantación del embrión en el útero materno- y comprobaron que al
añadirla a las células madre en el laboratorio éstas eran capaces de
mejorar significativamente su capacidad para convertirse en otros tipos
celulares.
Para corroborarlo usaron células madre de origen humano y murino
(roedores), además de ratones que habían sido modificados genéticamente,
y los resultados, según Salazar-Roa, han sido “espectaculares”.
La investigadora ha explicado a EFE que las moléculas (el microRNA)
que se introducen en las células madre son “comerciales” y se adquieren
con facilidad en los laboratorios, y ha insistido en que se trata de una
técnica muy sencilla que se puede replicar en cualquier laboratorio.
De hecho, el grupo del español Juan Carlos Izpisúa recibió en su
laboratorio de Estados Unidos muestras de esa molécula y lo incorporó en
su protocolo para testarlo en las células madre que tenían en su centro
y comprobó cómo mejoraba “notablemente” la eficacia de esas células.
Salazar-Roa ha recordado que los descubrimientos del británico John
B. Gurdon y del japonés Shinya Yamanaka (que obtuvieron el Nobel de
Medicina por ello) fueron hace más de una década “un punto de inflexión”
al demostrar que las células maduras se podían reprogramar para
convertirse después en otro tipo de células.
Y ha subrayado que las terapias avanzadas -basadas en genes, células o
tejidos- suponen una gran oportunidad para cambiar el curso “e incluso
revertir” muchas enfermedades.
“Lo que antes eran avances conceptuales hoy son una realidad clínica
en muchos casos”, ha manifestado la investigadora, quien ha subrayado
que la Agencia Americana de Administración de Medicamentos o la Agencia
Europea del Medicamento garantizan la seguridad y la fiabilidad de estas
terapias, aunque todos los ensayos y pruebas de control hasta asegurar
la ausencia de efectos secundarios indeseados se alargan una media de
unos 10 años.
La investigación y la patente que lleva asociada “sientan las bases
de numerosos proyectos con un gran potencial”, ha manifestado la
investigadora.
El estudio ha sido financiado por varias entidades españolas (la
Asociación Española contra el Cáncer, la Fundación La Caixa, la
Comunidad de Madrid, la Fundación Botín, el Banco Santander o el
Ministerio de Ciencia e Innovación) y por numerosos centros de
investigación y fundaciones de Australia, Reino Unido y Estados Unidos.
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